Mejor no contarlo by María Luisa García-Franco

autor:María Luisa García-Franco [García-Franco, María Luisa]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-24T00:00:00+00:00

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Iñaki tuvo más problemas para convencer al resto de los miembros de la cúpula de ETA de la necesidad de una reunión que de la oportunidad de atentar contra la juez Le Vert, a pesar de que matar en Francia era algo que ningún otro dirigente de ETA había propuesto hasta ese momento. Todos sabían que había topos en la banda y que los txakurras podían tenerlos vigilados y esperar el tiempo que fuera necesario hasta juntar a todo el comité ejecutivo en un único lugar. Habían quedado en distanciar los encuentros y siempre acudían con temor a esas reuniones.

A pesar de las reticencias, Iñaki consiguió que hubiera pleno solo diez días después del encuentro en Mont-de-Marsan. Mikel le pidió estar presente para exponer directamente su propuesta, pero Iñaki le contestó que allí no habría nadie más que los miembros del comité ejecutivo.

Mikel se dio cuenta de que las dudas sembradas por Jon no habían caído en saco roto, pero lo que no sabía era que el propio Jon había preguntado a Iñaki por la fecha y el lugar de la reunión y que eso había despertado todavía más suspicacias.

—¿Para qué quieres saber cuándo es la reunión? —había preguntado casi con agresividad Iñaki a Jon en una nueva cita para planificar el atentado contra la juez antiterrorista de París.

—Tienes ya a Gorka y a Ander vigilando a Le Vert y todavía no hay luz verde para cargársela.

—Eso no es asunto tuyo.

—Lo es si voy a participar.

—De lo que único que tienes que preocuparte es de tener localizada una moto de gran cilindrada para el momento en el que te deje el mensaje. No la alquiles antes, pero asegúrate de que estará disponible en los alrededores de París.

—No iré a París hasta que tengas el visto bueno para el atentado. Mientras tanto, esperaré en Salies-de-Béarn.

Jon se dio la vuelta y se fue sin dar tiempo a Iñaki a replicarle. No había salido todavía de la habitación en la que estaban hablando cuando se dio cuenta de que había sido una equivocación mantener un pulso con el jefe de los comandos operativos de ETA. Se preguntó a sí mismo si actuaba como si se olvidara de para qué estaba allí.

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